Por José María Ortega
Hoy ha comenzado la media veda, que en nuestros terrenos andevaleños se centra en la caza de la tórtola y la paloma, especialmente en la paloma torcaz, porque cada vez es más difícil de ver la tórtola común. Quien quiera disfrutar de uno de los tiros, si no el que más dificultad tiene dentro de la menor, el que se realiza sobre la tórtola venida de África, tendrá que trabajarlo, porque como me dijo, en una breve charla que sostuve con José Ignacio, una de las personas que más sabe de caza a nivel nacional, a la tórtola común hay que echarle de comer en mayo, para que recién llegada de sus asentamientos africanos, se quede en el Andévalo a anidar, como hacia antaño, cuando se sembraban las tierras y las exóticas tórtolas turcas no campaban a sus anchas por nuestros terrenos protegidas por la ley.
Así pues, las cacerías se centran en las palomas torcaces que este año están siendo muy abundantes, y se están viendo grades tropones de ellas, ya que parece que este verano caluroso, no les ha sentado nada mal. De todas formas, la paloma torcaz es un pájaro esquivo y de muy buena vista, que es complejo de abatir, si a esto añadimos la falta, casi total, de tórtolas comunes, hacen que el numero de capturas sea muy inferior a años anteriores.
A mis compañeros cazadores le deseos suerte y que disfruten de las jornadas de caza, tanto en sus lances como en la convivencia con los compañeros de cuadrilla, y por supuesto, respetando a las demás especies de aves no cazables.
Las fotos con las que documento el artículo son de hoy mismo, tras la primera cacería en el coto del Aguijón.
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