Calañas da su último adiós a una pieza irrepetible de su cultura, autor de su fandango moderno, que compuso en la década de los 80, y que lleva su propio nombre, Gonzalo Clavero.
Nacido en 1939, pronto se conviertió en un referente de la guitarra flamenca, además de cantaor y flamencólogo, con toda una vida dedicada a la recopliación y divulgación de este arte.
En la Peña Flamenca, que también lleva su nombre, o en su propia casa, sus puertas siempre estaban abiertas para beber del manantial de su sabiduria, iniciando a un gran número de aficionados a dar esos primeros rajeos con la guitarra, conocer los entresijos del cante, o simplemente para charlar con alguién que regalaba filosofía y corazón en cada frase.
Hijo predilecto desde 2024, hoy se llora la pérdida de alguien que definió como pocos la idiosincarisa de su pueblo, pero que a su vez dejó un legado inmenso, recogido en sus libros, sus enseñanzas, recuerdos entrañables para los que tuvieron la suerte de conocerle, y un fandango eterno en el que late parte de su alma.
El fandango es parte de la historia de Calañas, de la misma manera que Calañas es parte de la historia del fandango; dos vocablos que cuando se unen conjugan un solo nombre...Gonzalo Clavero.
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