Por Raquel Tébar.
¿Cómo es posible que te pongas así por un muñeco? ¿Cómo es posible que te haga feliz verlo, que te ponga los pelos de punta que lo mezan, que llores cuando le tiran vivas….cómo es posible?
Posiblemente estar fuera de mi tierra me ha enseñado a ver que tenemos grandes diferencias con el resto de España, cosa de la que estoy enormemente orgullosa.
Sí, todas las emociones posibles te las crea tu “muñeco”. Y digo TU porque discrepamos bastante en el nombre utilizado para calificarla. Para mí no lo es, ni para ninguno de los calañeses. Considero que la vida te pone muchas trabas, te da lecciones y te hace sufrir… En muchas ocasiones te dificulta encontrarle sentido… Y ¿qué haces si no tienes nada a lo que agarrarte? ¿Qué haces si no te fías de las personas, no le encuentras sentido a tu vida, tu trabajo es horroroso y no tienes a nadie en quién apoyarte en los malos momentos? ¿Qué haces si no eres capaz de sentir más allá y aferrarte a esa figura, que te ayuda a verlo todo de la mejor manera? Esa figura que te alegra la vida durante todo el año, pero especialmente durante 15 días, los mejores 15 días de un calañés: alegría en las calles, unión entre ellos…
No hay nada más especial que cuando Tú estás en casa, ese día que vamos a por ti y te traemos cantando. Ese día en el que paseas por tus calles y nos ponemos las mejores galas. Ese día en el que te llevamos, más triste que el resto de los días, pero siempre con alegría. ¿Qué por qué lloramos cuando llueve ese domingo de procesión? Porque lo esperamos durante todo el año…Ver a esos costaleros sufriendo por el peso y con una felicidad y emoción que le sale por los poros de la piel. Escuchar Caridad del Guadalquivir en la puerta de la Iglesia mientras te giran para que todos te vean…
Posiblemente, o mejor dicho, estoy segura de ello, sea inexplicable lo que se puede llegar a sentir, y seguramente ninguno de los calañeses intentemos hacerlo. Somos felices entre nosotros, nos comprendemos y apoyamos en cada alegría, cada viva, cada sevillana y, por supuesto, en cada lágrima que cae por ti.
Sin duda, la felicidad más sana y plena que pueda sentir una persona.
Quizás nunca lo comprenderéis, quizás nunca lo sentiréis, pero si lo hicierais durante unos minutos, estoy segura que no os gustaría dejar de sentirlo.
Estos son nuestros días calañeses, y los tuyos rodeada de tanta gente que siente por ti. Porque la devoción no se explica, se siente.
¡VIVA LA VIRGEN DE CORONADA!
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