Los colores de la tierras mineras que dan lustre al paisaje, en las cercanías del río Odiel, dan paso a la llegada del viajero a Sotiel Coronada, una pequeña aldea de Huelva embargada por la leyenda de la muerte del último rey visigodo. Según esta tradición, don Rodrigo, malherido y masacrado tras la cruenta guerra frente a los musulmanes en Guadalete, vino a huir a esta zona junto algunos supervivientes. En concreto se refugió en el lugar donde hoy se emplaza la ermita de la Virgen de España. Allí sin fuerzas esperó escondido y murió.
Se sabe que Rodrigo no murió en batalla y que huyó malherido. Es probable que en la huida pasara por este lugar de Sotiel Coronada. Debía saber de la existencia de un puente sobre el Odiel, de época romana, junto a las minas de Sotiel. Así, lejos de las rutas conocidas que comunicaban Hispania, y escondido por las antiguas selvas del Andevalo, podría salvarse y llegar a tiempo a Toledo para reorganizar una resistencia y salvar el reino. Otra leyenda que existe sobre su muerte la ubican en la Sierra de la Peña de Francia, en Salamanca, donde Rodrigo fue finalmente alcanzado por Muza y donde éste le dio muerte.
Sotiel Coronada, que pertenece al término municipal de Calañas, fue un centro minero de primer orden desde tiempos pretéritos. Los romanos ya supieron explotar los beneficios que les producían las entrañas de estas tierras: pozos, socavones, galerías… La mina más antigua de la aldea, que vendría a estar por la zona de la corta de las fraguas viejas, es una minería de la Edad del Bronce de hace unos 3000 a.C., una minería superficial centrada en la explotación del cobre, en las cuales se han encontrado muestras de malaquita y azulita.
Los romanos estuvieron varios siglos explotando la mina. Ya en época imperial. Sacaron cobre, plata y conviertieron Sotiel en un gran centro administrativo para la comarca. Tras los romanos se han hayado restos visigodos en la zona de la ermita de la virgen de España;se trata de una época en la que los visigodos se aprovecharon de los recursos que dejaron los romanos para seguir explotando en unas leyes de cobre más bajas.
Uno de los vestigios del pasado que más interés se han excavado de Sotiel es la Bomba hidráulica de bronce de los siglos I-II. Esta pieza, que se conserva en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid es una magnífica muestra del desarrollo de la ingeniería romana aplicada a la explotación minera. Es una bomba propulsora de agua, de doble cuerpo, construida según los principios de su inventor Ctesibio y descrita por Vitrubio en su obra Arquitectura dedicada al emperador Augusto. Se utilizaba en el proceso de abatir la pirita incandescente conjugando la acción del fuego y del agua.
Después de otro vacío en la época de la Edad Media en toda la comarca, emergieron en Sotiel Coronada otros dos yacimientos: La Castillejita y La Cumbre del Abad, que está a la espalda de la ermita de la Virgen de España y sobre esos dos lugares recae la posibilidad de que sea el topónimo de Sobiel, que es mencionado en documentos antiguos de conflictos que había entre Niebla y Sevilla. Es el topónimo que hace referencia al asentamiento minero más antiguo de la provincia.
Fuente: Lugares con Historia
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