Por José María Ortega
Los pueblos guardan su propia esencia en sus paisajes naturales, en su estilo de vida y como no, en sus tradiciones. Nuestro pueblo presume de una Romería ancestral, de la que se tiene constancia desde el siglo XV, y al rededor de ella otras muchas más. Intentar conservarlas es nuestra obligación, aunque realmente nadie esta obligado. Dentro de nuestras tradiciones hay una gastronómica, y si bien platos como el picadillo de gurumelos, la carne "empaná", las tortillas de bacalao, de papas, de gurumelos... Son platos típicos, sin duda el más nuestro y el más típico es un dulce de unos 25 cm de largo, de color blanco, consistente textura, agradable sabor y forma de rama, con cuatro puntas a cada lado, la ESESITA.
Comerlo es un placer, una forma de saborear nuestra romería, y una manera de continuar nuestras tradiciones. El secreto de su receta estuvo escondido en las orillas del pantano durante muchos años, después fue confesado a las panaderías de Calañas que ahora son las encargadas de preparar tan rico manjar en los comienzos de la Primavera. Sería una pena que tan sabrosa tradición se perdiera. Degustar la esencia de Calañas es muy sencillo y exquisito, y de paso seguimos con nuestras tradiciones.
¿Te apetece una ESESITA?
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