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La transformación social del agua

Publicado por : elmorante.es a : jueves, 27 de febrero de 2014 0 comentarios
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Por: Fernando Romero Cordobés (elmorante, articulo 19)

El poeta Tennyson arrancó, en sus versos, una flor para comprender los secretos de la naturaleza; y Goethe caminó hacia otra travesía: “Sentí deseo de cortarla, pero me dijo suavemente: ¿deseas que marchite y muera?”. Existen instantáneas en la vida que desvelan un comportamiento diverso sobre un contexto similar. No es un adagio al ‘tener o ser’ de Erich Fromm, sino la constancia de multitud de elecciones. El capitalismo y su relación con la naturaleza ha convertida a ésta en “productos muertos a causa de intereses privados” -explica el escritorWalden Bello-, pero existe otra semilla en la recampesinización que abre una simbiosis diferente. Ni mejor ni peor, es otra forma de relacionarse con el medioambiente, con otras reglas y sin cadenas externas.

El sol despierta en Curpahuasi (Perú) esa otra concepción alejada de la cuenta de resultados de las grandes multinacionales. ¿Existe rentabilidad? Sí, pero cuantifica otros números. Mejora de la calidad de vida, salubridad, florecimiento de la educación, igualdad... La agroecología vertebra una red de conexiones en la transformación social de la población de Huascaro Patis. Este cambio también tiene un comienzo; ese aleteo que desemboca en el vuelo de la renovación.
La ong Madre Coraje, a través de Ceproder, batió las alas de la comunidad a través de diferentes capacitaciones. El objeto: convertir en actores de esa metamorfosis a los propios comuneros mediante el conocimiento. La solidaridad del lado de acá o de allá, -o quizás, y mejor, no exista esa división en lados-, brotó en una transformación a veces inconcebible en la lejanía del perceptor.
Los comuneros tomaron las riendas de su futuro. Pasaron de una malnutrición a una alimentación equilibrada, con la introducción del riego tecnificado y de nuevos cultivos. En el pretérito sólo aparecían el trigo, la cebada o elmaíz como el pan de cada día. Eso reproducía enfermedades por la carencia de otros nutrientes, problemas y falta de concentración intelectual. “Nuestros ancestros plantaban esos cultivos y nosotros reproducíamos sus enseñanzas”, explicaron los comuneros. No obstante, los primeros efectos de las cursos de capacitación abrieron nuevos caminos. Comenzó la diversificación: patatas, hortalizas, taras, paltas (aguacate), limoneros, naranjos y otros frutales crearon un calendario agrícola más extenso. En cada época del año florecía un cultivo y eso favorecía un comercio local generador de ingresos en la economía familiar y de una mayor amplitud en la dieta alimenticia.
De la aportación solidaria de la ong Madre Coraje, el impulso de Ceproder como agente local, la financiación de distintas administraciones españolas y del propio esfuerzo de los comuneros, apareció el riego tecnificado, es decir, mediante aspersión. Éste facilitó un empleo más eficiente de los recursos hídricos. Esta mejora técnica “es el eje principal para trabajar en la chacra y lo hacemos por sectores para aprovechar aún más el agua”, explica el presidente comunal de Huascaro Patis, Crisólogo Escalante.
En la falda de la montaña, “antes un desierto”, emergieron pequeñas huertas con el riego. “Cada comunero tiene chacras (huertas) que han pasado de generación en generación, pero antes no había ninguna producción”, explica Crisólogo Escalante.
Desde el sacrificio y esfuerzo de cada comunero florecería su desarrollo en forma de distintas plantaciones, al amparo de la llegada de la tecnificación del riego. “Madre Coraje ha sido el impulso de nuestro cambio. Sin ellos no seríamos lo que somos”, aseveró el presidente comunal.

SEMBRANDO IGUALDAD

Madre soltera -“porque mi marido era un borracho”- y con tres hijos, Luzmila Gómez recogió la enseñanza y la convirtió en futuro. Es una de las mujeres de Huascaro Patis que ha hecho de la agricultura la fuente de su independencia. “La calidad de vida ha mejorado muchísimo en estos últimos años”, desveló con una palta entre sus manos y una tierna mirada hacia esa fruta.
Manos anudadas en el trabajo agrícola y unos ojos que se encuentran con el recuerdo de media década. Es entonces cuando brotan los paralelismos entre el ayer y el hoy. “Ahora los niños ganan peso y estatura. ¿Por qué? Pues gracias a la ayuda de España, que nos ha enseñado a cultivar nuevas plantaciones y eso ha permitido alimentar mejor a nuestros hijos”, confiesa emocionada Luzmila.
Muchas mujeres de la comunidad de Huascaro Patis han hecho de la agricultura su forma de vida. Este hecho ha labrado su independencia económica del hombre. Las tareas agrícolas ya no se entienden mediante el enfoque machista de una tarea exclusiva del sexo masculino. Ahora se siembra igualdad de género.
Es tanta la trascendencia de los proyectos de cooperación que la ignorancia y el desconocimiento provocan roche (vergüenza) al entrevistador. Más de 300 plantones de palta abrigados por la tierra, con el trabajo de sus propias manos. Cada gota de esfuerzo tenía una clara recompensa: “Éste es el futuro de mis hijos. La solución para que no pasen hambre”, aseveró Luzmila Gómez.

Esta comunera acudió a cada capacitación con una sombra. “Soy analfabeta”, explica. Pero no fue estigma ni perjuicio. Su atención, su compromiso, apartaron cualquier prejuicio y comprendió cómo tratar a la tierra, como ofrecerle su agua, injertar las plantas... Y fue versada en agricultura como tantas mujeres de acá, de Huascaro Patis. Rompieron con su pasado y labraron un futuro como protagonistas de su cambio. Lograron mayores cotas de igualdad al compás de una mejora en sus ingresos económicos; labrados éstos en la ‘pacha’ (tierra, en quechua). Sembraron con la educación y el conocimiento un vergel de progresiva independencia.
Huascaro Patis ha labrado una economía agrícola basada en la cooperación; que se olvida de unos pocos para a servir a la mayoría. Igualdad, solidaridad y comunidad son ahora sus frutos.


NOTICIA VINCULADA- Umberto Mendoza: “Lloro de felicidad al ver mis árboles florecidos”
Agarro su hombro como si fuera un resorte de empatía a su tristeza. La equivocación fue alboroto del corazón. “No estoy triste. Estoy llorando de felicidad al ver mis árboles florecidos”. Del acantilado de sus facciones brotaban lágrimas de alegría; muestras acuosas de agradecimiento. El agricultor Umberto Mendoza secaba su llanto con un abrazo compartido. Un gesto cincelado en la memoria con carácter indeleble. Es ejemplo de la transformación generada por la solidaridad del ciudadano. Sobran palabras.
Los proyectos de la ong Madre Coraje han generado una nueva fisonomía natural en la comunidad de Huascaro Patis. Umberto enseña ese cambio a través de sus árboles frutales: ciruelos, manzanos, naranjos, duraznos (melocotoneros), paltos... El riego tecnificado ha propiciado el aprovechamiento de los cultivos, con una optimización de los recursos hídricos. “Antes regábamos por inundación a través de un canal rústico. Esta técnica era muy poco productiva. Sin embargo, ahora ya producimos suficiente para nuestra alimentación. Eso se lo debemos a la introducción del riego por aspersión, que también ha posibilitado acá la fruticultura”, explicó Umberto. Verduras y hortalizas decoran la parte superior de la chacra, o huerta, “antes no podíamos sembrar este tipo de alimentos”, puntualizó el comunero Umberto. Las anquilosadas técnicas de riego marchitaban el florecimiento de nuevos cultivos. Es entonces cuando la conversación viró hacia la importancia del conocimiento. “Antes no conocíamos cómo mejorar o ampliar los cultivos. La capacitación obtenida también ha sido clave para nuestra mejora. El agradecimiento es inmenso. Hemos logrado despertar y abrir la mente con la ayuda de su país. Por favor explícalo allá, que no nos abandonen”, rogó el propio Umberto Mendoza.

Este comunero, dibujado en el recuerdo con lágrimas de felicidad, es otra de las historias que jalonan los sentimientos y muestran la trascendencia, el impacto, de una acción solidaria, que nace acá y desemboca allá.




fernandoromero.diariodehuelva.es

Fernando Romero, Licenciado en  Periodismo en la Facultad de Comunicación de Sevilla (2002). Redactor de Cultura en ABC de Sevilla y de la revista Urbana 7, Redactor en Huelva Información, Odiel Información y El Periódico de Huelva. Director de la revista Saltés. Presentador y guionista del programa de televisión Hecho en Huelva. Actualmente es colaborador del Diario de Huelva mediante el blog Artículo 19 (fernandoromero.diariodehuelva.es). También ha sido premiado con el Primer Accésit en el Premio Nacional de Periodismo Sostenible (2012) por el reportaje La transformación social del agua, elaborado dentro de un serial de reportajes sobre Perú.

Fernando, es un comprometido periodista, que pese a su juventud tiene una dilatada experiencia. Aunque alejado por un tiempo de España se presta a dar su visión sobre los temas que nos son comunes, tanto a los calañeses como a otros. Su último reportaje sobre la donación de médula, es una muestra sobre su capacidad de mostrar la realidad que a todos nos interesa, dicho reportaje ha recibido, nada más, y nada menos, que 5.000 visitas.

De él sólo podemos tener buenas palabras, es un tipo que siempre te atiende con una sonrisa y que pese a su compromiso social, reniega del oscurantismo y el pesimismo en el que se ha instalado nuestra sociedad.
Sin dudarlo, Fernando, nos dijo que quería colaborar en lo posible, nunca nos pidió nada a cambio, pues nuestro objetivo, también lo es suyo, hacer periodismo independiente.
Dentro de la conformación del grupo de gente que va a trabajar en elmorante.es la diversidad tanto de ideologías como de campos es fundamental. Todo el mundo tiene cabida en este nuevo periódico siempre que trate los temas con veracidad y respeto. Y sin duda que Fernando lo cumple con creces.




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